Por su actividad anti-hipertensiva el ajo japonés actúa como vaso dilatador y relajante en el sistema circulatorio, purificando y desintoxicando la sangre, protegiendo así la circulación periférica en las piernas, en los ojos y por supuesto protegiendo a las arterias en general ayudando a curar la arterioesclerosis y protegiendo al corazón al disminuir la presión arterial.
Libera al organismo de cálculos depositados y de grasas mejorando el metabolismo y disminuyendo el peso.
La gordura realmente puede desaparecer si se sigue un régimen alimenticio nivelado en donde se incluyan dosis de ajo japonés y ejercicio.